martes, 27 de septiembre de 2011

The Tree of Life (El Árbol de la Vida), un insuficiente ejercicio de estilo

El Árbol de la vida es una de las películas más polémicas de lo que llevamos de año. Como todas las películas de Terrence Malick, nos propone un acercamiento diferente a una historia mil veces contada. Las películas de Malick no son fáciles, pero por críticas y comentarios parecía que esta era más extrema que las otras. Antes de ir al cine me dijeron, ésta es una de esas películas que o la amas o la odias. No os imagináis mi decepción al final de la película cuando ni la amé ni la odié, pero vamos por partes.

El árbol de la vida nos explica desde el punto de vista particular de Malick la reflexión de Jack un hombre que recuerda su infancia con la estricta figura paterna y la tragedia de la muerte de su hermano mayor.

Para mostrarnos esta historia Malick no solo hace gala de la voz en off y de unos planos largos y unos movimientos de cámara pausados y harmónicos como hace gala a lo largo de su filmografía, sino que va un paso más allá. Malick apuesta por una película que apele a los sentimientos, que transmita sensaciones y que con la combinación de voz en off, una fotografía espectacular y una banda sonora sobrecogedora impresione al espectador. El único problema de esa arriesgada apuesta es: ¿qué pasa cuando el espectador no se impresiona y no queda embobado? ¿Qué ha fallado?

Aunque Malick se centre en las sensaciones, su objetivo no es dejar la trama de lado ni de lado, aunque cuando miras el conjunto, no funciona tan bien como las sensaciones que transmite. Malick pretende contar una profunda historia que se queda a medio gas. Con un discurso pseudo-filosófico religioso que por momentos absorbe, pero en otros momentos casi parece contradictorio.

El film se ha comparado con grandes obras maestras de la historia del cine como 2001: Odisea en el espacio. Tras verlo, me quedó la sensación de que era una mezcla mal lograda de las sensaciones transmitidas por Tarkovsky en El Espejo y la filosofía de Bergman en El Séptimo Sello, sin estar a la altura de éstos.

Visualmente como ya avanzaba más arriba es espectacular, la fotografía de Emmanuel Lubezki es muy buena y me parecía merecido que se llevara todos los premios que ahora empezarán. Alexander Desplat y varias canciones no originales para la película hacen el resto.

Párrafo aparte para SPOILER la secuencia en la que se nos muestra la creación del mundo y los dinosaurios. La unión y compenetración de imagen y música está muy lograda y es una gozada verlo en pantalla grande, pero para mí, la secuencia está forzada, y la película sin ella tendría más coherencia. FIN SPOILER

Interpretativamente todos cumplen pero ninguno destaca. Sean Penn se queda con muy pocos minutos en pantalla. Jessica Chastain, totalmente desconocida para mí, demuestra toda su sensibilidad y su dulzura que captura al espectador. Pitt está bien interpretando al padre estricto, pero al borde de la sobreactuación, forzado en algunos momentos. En cambio, los niños (los más pequeños y los más grandes) se muestran naturales y hacen agradable y entretenido el visionado de la película. Hunter McCracken, Laramie Eppler y Tye Sheridan son el alma de la película y los que consiguen transmitir más las sensaciones que viven.

Como conclusión el Árbol de la Vida es un brillante ejercicio cinematográfico pero una película que está lejos de ser redonda. Los elementos como la banda sonora, la fotografía… están muy cuidados pero en conjunto, aunque desprenden una belleza plástica que será difícil de volver a ver, flojea por una trama que nunca queda clara.

Nota: 6/10

sábado, 24 de septiembre de 2011

La Piel que Habito


Me encanta que una película me sorprenda. Y a veces no hace falta una gran película para eso, sino simplemente desintoxicarte de toda la promoción pre-estreno e ir a verla sin demasiada información. Es lo que me pasó con La Piel que Habito; después de 1 mes incomunicada haciendo el Camino de Santiago (siento haber dejado el blog aparcado otra vez y sin las actualizaciones prometidas) de vuelta a la monotonía y a la universidad toca ponerse al día con el cine y antes de ver El Árbol de la Vida, quería ver la nueva de Almodóvar. Al no saber que esperar me ha sorprendido gratamente y aunque tiene fallos que más adelante intentaré comentar, posee una trama diferente y vemos a un Almodóvar bastante diferente sin perder sus marcas de autor.

La Piel que Habito nos cuenta la historia de Robert Ledgard, un cirujano plástico que tras la muerte de su mujer en un accidente se dedica a la investigación y la elaboración de una piel sensible pero a la vez protectora de las quemaduras. Para llevar a cabo la investigación utiliza a Vera, una chica que mantiene encerrada en su casa con la complicidad de Marilia, la cuidadora de éste desde niño.

La película va de menos a más en cuanto a ritmo de la acción. Durante la primera mitad el film está próximo a esas películas de terror de Roger Corman con Vincent Price como protagonista. Tiene ese punto de nostálgico, no me queda demasiado claro si buscado o simplemente encontrado. Un protagonista oscuro y tormentoso, con pocas palabras que esconde mucho más de lo que muestra su apariencia seca y silenciosa.

La historia resulta un poco inverosímil, pero eso no es el principal problema. Y aunque el giro de guión de la película puede pueda resultar algo forzado, no creo que resida ahí el principal problema, porque si durante la primera parte la película te hipnotiza lo aceptas y esperas expectante que más nos depara la película. El principal problema es que se vuelve efectista y como más aumenta el ritmo y la acción más convencional se vuelve la película hasta convertirse en un thriller de esos que se ve el final a leguas. Toda la atmosfera creada y toda la tensión va haciendo aguas poco a poco. A pesar del bajón de la segunda mitad, el film se puede considerar un thriller sólido, con un planteamiento atrevido que funciona.

Vemos a un Almodóvar contenido donde como decía una crítica en filmaffinity aquí la comicidad y el humor del director manchego es un hándicap y aunque la controla bien hay momentos que sobra. Parece que en principio la película no debería de sacarnos una sonrisa, y hay momentos como el final que esa sonrisa parece inevitable.

José Luis Alcaine propone una puesta en escena Visualmente espectacular, cuidada hasta el último detalle. La Piel que Habito tiene una curiosa utilización de la luz para dar textura a la piel de la protagonista y dar menos relieve y cierto toque artificioso a los escenarios buscando el contraste. La banda sonora de Alberto Iglesias es el complemento sonoro perfecto al apartado visual. Con un gran protagonismo del violín consigue crear una atmósfera crispante.

En el plano interpretativo todos los actores están muy correctos. Elena Anaya está deslumbrante y crea un personaje sólido, aunque un poco arquetípico y previsible. La sorpresa de la película ha sido para mí Antonio Bandera al que consideraba un actor mediocre y en esta película me ha convencido. Si que igual no es una interpretación de premio, pero se muestra solvente y nos regala una interpretación bastante buena. Además de Anaya y Banderas, Jan Cornet y Marisa Paredes interpretando a Vicente y Marilia elevan la calidad final del producto.

Como conclusión estamos ante una película diferente, de un Almodóvar diferente. Mejor, peor, eso es cuestión de gustos. Particularmente me gusta el riesgo que ha tomado en esta propuesta y me ha gustado la tensión del thriller durante toda la película hasta el final que se le ha desinflado un poco el producto. Aun así, tal y como está la cartelera, me atrevería a decir que es lo mejor que hay.

Nota: 7/10


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